A 49 años del golpe cívico-militar del 24 de marzo de 1976, el Municipio de Chilecito llevó adelante un emotivo acto en memoria de las víctimas de la dictadura, reafirmando el compromiso colectivo con la Verdad, la Memoria y la Justicia.

La jornada reunió a voces representativas de nuestra comunidad que, desde distintos espacios, aportaron reflexión y testimonio sobre los años más oscuros de la historia argentina. Entre los oradores se destacaron Gabriela Astorga, directora de Relaciones con la Comunidad, quien puso en valor la participación ciudadana como herramienta fundamental para la construcción democrática; Tomás Vilte, joven estudiante de Abogacía, quien expresó la responsabilidad de las nuevas generaciones en mantener viva la memoria; y Morena Galdame Altamirano, estudiante de Comunicación Social, quien además presentó la obra artística «Sin Memoria no hay Futuro», invitando a pensar en el legado y las heridas que aún persisten.

También compartió sus palabras Norma Illanes de Ticac, rectora de la Escuela Normal, evocando la memoria de quienes fueron víctimas de persecución, tortura y desaparición forzada; y el Secretario de Gobierno y Derechos Humanos, Ramón Carrizo, quien ofreció un discurso profundo y movilizador. En su intervención, Carrizo repasó el contexto histórico y social que precedió al golpe, remarcando que la represión no fue casual ni aislada, sino un plan sistemático de exterminio y disciplinamiento social. “Las armas que debían defender al pueblo se volvieron contra él”, señaló, subrayando la responsabilidad de construir una sociedad libre de odio y violencia, donde los derechos humanos sean garantía para todas y todos.

El acto contó además con la presencia del Secretario de Hacienda y Finanzas Públicas, Alejandro Salzwedel, junto a representantes de instituciones intermedias, educativas y organizaciones del departamento.

El cierre artístico estuvo a cargo del ballet Ritmo de mi Tierra, dirigido por la profesora Ayelén Acosta, que presentó el cuadro argumental «Ni Olvido, Ni Perdón», conjugando danza y memoria para reforzar el mensaje de resistencia y dignidad.

Esta jornada fue mucho más que un homenaje: fue un ejercicio de memoria activa, una convocatoria a no olvidar y a sostener, día a día, el compromiso irrenunciable con los valores democráticos y los derechos humanos. Porque sin memoria, no hay futuro.